
La terre est bleue comme une orange»
Paul Éluard
Aún percutían, en las mentes de las gentes, los horrísonos alaridos de la bestia bélica, y, continuaban la nubes flotando en la atmósfera como negras sombras chinescas expresando el dolor, cuando los supervivientes regresaban del frente, volvían a sus hogares.
Entre ellos Paul Eluard (Eugène- Émil- Paul Grindel, nombre de pila), ya casado con Helena Dimitrovnic Diakanova, a la que había conocido en el sanatorio de Clavadel en Suiza y a la que rebautizó como Gala y, recién estrenada su paternidad, había nacido Cécile, a quien están dedicadosa algunos de los fragmentos de POEMAS POR LA PAZ, obra que publica en Julio de 1918.
Con esta su cuarta obra es conocido por Jean Paulhan, que enseguida comenzó a colaborar en Nueva Revista Francesa de Gallimard y a la muerte de Jacques Rivière fue nombrado su director.
No sería muy aventurado afirmar que esta plaquette inicia la fulgurante ascensión de la carrera poética de Paul Éluard, uno de los poetas más importantes e influyentes del siglo pasado.
Poemas por la paz, pudiera haber formada parte de un proyecto más amplio, como lo escribe el propio Paul en varias ocasiones, de hecho se conservan más fragmentos y comentarios de la obra. ¿Porqué no se llevó a cabo? En la edición de sus Obras Completas, Dumas y Scheler, lanzan la hipótesis, muy documentada, de que quizás fue la influencia del propio Paulham la que interrumpió el proceso. Paulham presentó a Éluard al triunvirato Breton-Aragon- Soupault, que acababan de editarr el primer número de la revista Maintenant, tal vez estas nuevas amistades y nuevos compromisos, alejaron a Eluard de la posibilidad de concluir unos POEMAS POR LA PAZ de mayor extensión.
I
Todas las mujeres están felices
Se han reencontrado con su marido- regresa del sol
Tanto calor trae.
Ríe y dice buenos días en voz muy baja
Antes de abrazarse a su maravilla.
II
Espléndido, el pecho levemente arqueado,
Mi santa mujer, eres para mí mucho mejor que para el tiempo
Cuando con aquel, y aquel, y aquel, y aquel y aquel,
Sostenía un fusil, una cantimplora- ¡nuestra vida!
III
Todos los camaradas del mundo,
¡Oh amigos míos!
No son dignos de mi mesa redonda
Con mi mujer y mis hijos sentados,
¡Oh amigos míos!
IV
Tras el combate entre el gentío,
Te dormías entre el gentío,
Ahora sólo tendrás un aliento cercano a ti,
Y tu mujer compartiendo tu cama
Te excitará mucho más que las otras mil bocas.
V
Mi hijo es caprichoso-
Consigue todos sus caprichos
Tengo un hermoso hijo presumido
Que me hace reír y reír.
VI
Trabajo
Trabajo con mis diez dedos y trabajo con mi cabeza,
Trabajo de Dios, trabajo de animal,
Mi vida y nuestra esperanza de todos los días,
El alimento y nuestro amor.
Trabajo.
VII
Mi hermosa, necesitamos ver aflorar
La blanca rosa de tu leche.
Mi hermosa, es preciso ser madre urgentemente,
Haz un niño a imagen mía …
VIII
Tuve mucho tiempo un rostro inútil,
Pero ahora
Tengo un rostro para ser amado,
Tengo un rostro para ser feliz.
IX
Necesito una enamorada,
Un virgen enamorada,
Un virgen de vestido atrevido.
X
Sueño con todas las hermosas
Que se pasean por la noche,
Muy despacito,
Con la luna que viaja.
XI
Toda la flor de los frutos ilumina mi jardín,
Los árboles de la belleza y los árboles frutales.
Y trabajo y estoy sólo en mi jardín.
Y el sol arde en fuego sombrío sobre mis manos.
Versión Manuel «Angel Carmelo» Puertas Fuertes