EL PROCESO VITAL

                               

                      

                                                         PROCESO VITAL

                                              (escrito sin fin ni principio)

Entre las muchas exageraciones que producen carencias, carencias que tenemos en nuestro modo de pensamiento tradicional-occidental, una de las más destructoras es haber dedicado todo nuestro tiempo a interpretar la historia sin apreciar la vida. Silogismos, dialécticas, reflexiones, comparaciones, filosofías, metafísicas, existencialismos y demás ismos… no nos han llevado a ninguna conclusión y sí han producido un absoluto desconocimiento de que la vida sólo es vida cuando carece de destino o sentido. Principio- origen, final-meta, nacimiento-muerte, ¿de dónde venimos-a dónde vamos? Son ideas recurrentes que impiden saborear el discurso, el tránsito, el proceso vital.

Todas las a adicciones físicas y mentales que produce el consumismo feroz, tienen su origen en este modo de pensar que es un modo de no vivir. Todas las injusticias, esclavitudes, guerras, miserias, egoísmos, la competitividad, la ansiedad, las decepciones, ansiedades, depresiones etc. tienen su origen, ademas de en la adoración del becerro de oro del falso dios dinero y su esposa la diosa propiedad en no saber saborear el proceso previamente referido. No se trata de saciar el apetito sino de calmar la sed.

De la carga compulsiva de ideas deriva la recarga continua del teléfono móvil, el consumo innecesario y ecocida del capitalismo global patrocinado por el mendaz neoliberalismo económico que nos lleva a la autodestrucción de manera inexorable y parece ser ignota. En el principio era el caos y la nada, ¿y después? ¿y al final? ¿Es que acaso existe algo más? ¿Acaso nuestro modo de vida no es una demostración fehaciente de que nada y caos nos constituyen? Son nuestro medio, nuestra naturaleza, nuestro entorno y nuestro propio ente humano. El orden natural es el caos. La búsqueda del absoluto conduce a la nada.

De todo esto, el pensamiento Zen habla bastante, pero estamos sordos. La verdad no existe, sólo la realidad fluye y detenidamente es perceptible. La velocidad sinsentido impuesta por un sistema absolutamente degradado, corrupto e inhumano aboca a la destrucción de lo natural, hombres y mujeres, animales y vegetales, a la desaparición del planeta entero. ¿Para qué la conquista del espacio si tenemos nuestra casa hecha una auténtica escombrera llena de escoria, basura, detritus y ratas?

Es una obviedad decir que para cambiar algo este sistema inmundo, hemos, primero de cambiar nuestro modo de pensar, y con él nuestro modo de vivir, de estar, de existir y no intentar el absurdo absoluto ser. Ir más despacio, al ritmo en que crece una flor, para poder ver su desarrollo, nuestro proceso vital.

Hagamos oidos ciegos a la publicidad y ojos sordos a la estulticia. Todo está dentro de cada cual, y mas allá …la nada y el caos y cuidado con los deseos que se puedan concretar en objetos, nos convierten de manera incontestable e inconfensable en sujetos a ellos y dependientes de las cosas materiales. Observar lo que no se ve y escuchar lo que no está permitido oír. Otro día hablaremos de libertad, cuando volvamos al caos-armonía y a la nada absoluta.

Todo lo que antecede son obviedades… sin embargo .no las aplicamos a nuestro proceso vital.

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