Dos primeros poemas de Tout à coup
1
Los dos o tres encantos de las escaleras del
azar son innegables
Todo está tranquilo tras los maullidos
exteriores Allá en lo alto
Subir al necesario porvenir donde las olas del
cielo acarician las arenas
Y al menos existen en las sorpresas del agua
Algunas islas sembradas por los exploradores
que nos preceden
Un cierto calor se escapa de los pliegues de
banderas sacudidas por el viento
De mástil a mástil las palabras se columpian
Y un pájaro come los frutos del oriente
2
En el espejo una araña que rema como
una barca normal
Hacia la canción del pantano
Cosquillea en la superficie los recuerdos y
los ademanes más
En medio del silencio el mar naufragado
A la hora de las golondrinas
Dios las mujeres qué bonitas
Tu mujer tiene el cabello rubio nuevo
Sus ojos son amarillos de huevo
Los ojos de los crepúsculos
Son amarillos de luna
Entre aguas sin música
Las miradas satélites
Se pasean bajo los árboles de la órbita