Este viaducto llamado de Segovia o de la calle Bailén de Madrid fue el lugar preferido por los suicidas desde su inauguración, en los años 90 llegaron a suicidarse al mes entre 4 y 6 personas.
De la obra MUSARAÑAS de 2.005, aunque el poema es muy anterior, esta elegía para los suicidas que no apología del suicidio.
H E M O D U C T O
Es crudo esto de tener que vivir entre las fauces gigantes
De la fiera salvaje que mata por placer atreviéndose con cachorros
Que apenas amamantados y surgidos de la urbe
Se resuelven en terribles sonidos solo semejantes a gemidos
Se transportan sempiternos como medusas de agua dulce
Y se duelen duelen duelen doliéndose por un verso
Yo no sé que daría por un verso que apacigüe
Que se mezcle aceite sucio alcantarilla hacia abajo
Manido manifestado solicitado a pesadumbre general
Subdivididos rostros en antiguos latifundios
Dormidos mancillados por aprovechados de la noche
Terrible que nos ha tocado vivir sin apenas comerlo
Ni beberlo como heces de un triángulo imposible
Cuando médicos brujos curan dedos del insomnio
Los arrastran soterrados bajo alambicados alambres
Que resisten de los vientos el ímpetu furioso
Ya nadie nadie nadie lamerá sus heridas
Ni sus roídos huesos serán de la lechuza combustible fijo
Como boas constrictor entumecidos músculos
Lugareños del alpiste apagado en alpargatas
Estrechos que aprietan como demonios salidos
De un impasible infierno amanecido por instantes
Pavos reales arcos iris rascacielos y semanas
Iguales siempre iguales gigantes y tremendos
No sabrán no sabremos siquiera guarecernos
Del tormentón salitre de sus venas venideras
Cayeron por el terraplén de precipicio a precipicio
Agujero negro abierto de ojos insepultos
Cadáveres que sobrevuelan autopistas siderales
Metalúrgicos acechados por el vientre
Láminas animales lechuga para gusanos
Salidos de madrigueras cazados en plena veda
Muertos en vida y seguros de sí mismos
Catervas de orificios protervos y estúpidos muladares
Comederos para pájaros para aves de rayos catódicos
Y en las náuseas sugeridas por los aparentes museos
Se desorbitan las cuencas se descalzan los esqueletos
Pero nunca se cansan de gritar nunca nunca
Como El Cuervo compuestos químicos alados
Que no faltan ay en las mesas de dos patas
Ya no puede mi cerebro soportar tanta locura
Ni las ratas liberarse del suplicio cotidiano
Me miento me miento dos veces arriba cien veces abajo
Sacudiendo el muérdago de los pies oscuros
Un árbol blandirá sus agallas de murciélago
Pero solo cuando se apague la muchedumbre
Definitivamente quedaremos a solas con el tiempo
De los astros del desastre en el es fósforo pútrido
Se han secado las saetas del reloj del abuelo
Recorriendo miserables las tablas del teatro.