Tzara entró en relación epistolar con Francis Picabia el 21 de Agosto de 1918. En Enero de 1919 dio una conferencia sobre él, recogida en Dada 4-5 y en Lampisterias, la base de dicho texto es lo que hoy traduzco. Fue Picabia el que acogió Tristan a su llegada a París, exportando el incendio dadaista, ambos fueron muy amigos, colaborando en revistas y libros. luego sus vidas se distanciaron, avatares de la historia.
Aplíquese lo escrito por y para la pintura al resto de las artes.
FRANCIS PICABIA
“ IDEAS SIN LENGUAJE ”
Los miriápodos filosóficos rompieron unas piernas de madera o de metal, e incluso unas alas, entre las estaciones Verdad-Realidad. Siempre había alguna cosa inalcanzable : LA VIDA.
Buscar sustituir la vida por un placer privado, aventura a veces divertida. Las aventuras sin remordimiento que se introducen en arte por sus medios, para destruirlo lentamente, despiertan la ceniza en el núcleo, intereses recíprocos, insinuaciones y obstáculos sistema movimiento DADA).
Y dar a una broma carácter de eternidad y cocinarla exclusivamente por hambre, es ridículo, inocente buenos días de onanista, música saludable, pretensión mezclada, sucursal del burgués haciendo cosquillas el arte.
La anemia no se propaga en el continente, pero tu conoces el poder, los microbios, las flores, el alcohol, la sangre, los inventos que extienden su lluvia – sin motivo – o se rompen ecos en la roca matinal y sólida.
Pienso en la misma necesidad de imponerse –decidme tono serio que no suene falso, – y son siempre los demás los que tienen razón.
La necesidad de buscar explicaciones a aquello cuya única razón es ser hecho, simplemente, sin discusión, con el mínimo de criterio o de crítica, se parece a la auto-cleptomanía : alojar continuamente sus propios objetos en diferentes bolsillos. Normalmente también nos organizamos para formar una colección de una especialidad moral cualquiera, para comodidad de las ideas. Los hombres son pobres porque se roban ellos mismos. No está involucrada la dificultad de la vida moderna, pero roban unos elementos a su propia personalidad.
PICABIA. La palabra fertiliza el metal. Bólido o rueda, urubú, huracán, ribeteado y abierto, deja dormir sus sentimientos en un garaje. Coloco un búho en un hexágono, canta en hexámetros, usa los ángulos, grita moderado y abusa. La geometría es seca, vieja. Vi brotar una línea de otra manera. Una línea surgida mata las teorías; no tenemos ya necesidad de buscar la aventura en la vida de las líneas. Obra personal, aquella que huye del absoluto. Y vive. Se evade. De la savia muda. El mecanismo de la aorta hace más ruido que el ascensor, el engranaje de sus ruedas esta al rojo, despertador : tipografía de las primeras sensaciones, demasiado sencilla para ser descifrada tan rápidamente por los capitanes de la ciencia. Mi querido Picabia : “Vivir” sin pretensión, bailar sobre dientes de hierro, telegráficamente, o callarse en la línea del equinoccio, saber que en cada instante – perpetua mobilia – existe el hoy.
“Encanto” y “bonito” se aplican al claro de luna, a los sentimientos, a los cuadros que cantan y a las canciones que ven, se adhieren a las tradiciones, se hacen infusión dentro los bomberos y los pintores.
Los pintores cubistas y futuristas, que deberían dejar vibrar su felicidad por haber liberado la apariencia de un exterior incómodo y fútil, se convierten en científicos y presentan la academia, Propagación teórica de carroñas, pompa para la sangre. Hay palabras que son también legiones de honor. A la caza de las grandes palabras que aseguran la felicidad de la humanidad, del prestigio prestidigitador de predilecciones prodigiosas para el placer de los que pagan. Capítulo : respeto por la sopa.
Las ideas envenenan la pintura; si el veneno lleva un nombre sonoro de enorme tripa filosófica, el harte se hace contagioso, y. Si lo juntamos con esa intensidad musical, la mezcla se convierte en peligrosa para los hombres limpios y sobrios. Sólo la acción negativa es necesaria. Picabia redujo la pintura a una composición sin problema; cada cual encontrará las líneas de su vida,
que van con los tiempos en ferrocarril y telefonía sin hilos
si sabe mirar sin preguntarse por qué una taza se parece a un sentimiento.